La recuperación de la economÃa brasileña disparo un previsible efecto polÃtico: el presidente Michel Temer puso en marcha una operación polÃtica para ver hasta que grado es posible que compita por un nuevo mandato, en los comicios del año próximo.
Este martes se confirmó que la baja del dólar, las tasas y la inflación que logró consolidar Temer con la gestión de otro presidenciable, el ministro de EconomÃa, Henrique Meirelles, ya consiguió que las mayores empresas del paÃs aumentaran su ganancia un 30 por ciento en el último trimestre, comparándolo con mismo periodo del 2016, según reveló un sondeo exclusivo del diario económico Valor.
Se suma a esto una buena noticia de impacto polÃtico pleno: en octubre se crearon 76 mil puestos de trabajo contra 74 mil que se habÃan perdido en el mismo mes del año pasado. La marca superó además por mucho el nivel de creación de empleo que habÃa empezado a mostrar una curva positiva hace siete meses, con un promedio de 20 mil puestos por mes. Desde octubre de 2013 cuando se crearon 93 mil puestos de trabajo, que Brasil no registraba semejante impulso al empleo.
Brasil empieza recoger asà los frutos de la agenda ultra reformista de Temer que aguantó un primer año durÃsimo, que llevó a su aprobación a niveles de un dÃgito. De hecho, hay destacados economistas que no descartan que en el 2018, Brasil llegue a crecer cuatro puntos, lo que además serÃa una extraordinaria noticia par la Argentina, que lo tiene de socio principal.
Cambios para quedarse
Aupado en esta bonanza, Temer macera un cambio de gabinete que le permita consolidar una lianza entre su partido, el centrista PMDB, con el PP, el PR y los Demócratas (DEM) que le de consistencia a su sueño de pelear la continuidad en el Palacio del Planalto, esta vez como presidente electo.
La idea, obvia, es que su candidatura permitirÃa defender "el legado" del Gobierno. Compite por representar a este espacio de centro derecha con el alcalde de Joao Doria, que sin embargo decidió replegarse sobre la gestión municipal, que no enfrenta su mejor momento.
El problema es que al asumir el gobierno tras la caÃda de Dilma Rouseff, el entonces vicepresidente aceptó la condición para apoyarlo que le impuso el socialdemócrata PSDB de Fernando Henrique Cardoso, de que no se presente para otro mandato. Pero ya se sabe que la palabra de los polÃticos es muy permeable a mudar con los cambios de viento.
En el equipo de Temer hablan de alcanzar un 12% de intención de voto para blanquear su candidatura. Parece una cifra módica, pero en el Brasil de hoy no hay ningún candidato realmente bien posicionado, salvo Lula da Silva, que tiene sobre la cabeza de una posible detención por las investigaciones del Lava Jato.
El plazo que trascendió para determinar si es viable este proyecto es junio del año próximo. Si para ese momento la recuperación económica se consolida y las encuestas lo alientan, anunciarÃa su decisión de pelear por otro mandato.
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- 122/11/1711:47Lo mismo que Duhalde aca...increible